Si visitas Madrid o vives allí, debes conocer el restaurante Cícero, el perfecto conjunto de gastronomía y fuego. Más que un restaurante, es una experiencia gastronómica que te envuelve entre sus brasas, su show cooking y su horno de leña.
Al saber que este restaurante era un sueño hecho realidad de cuatro amigos mexicanos, decidí visitarlo en mi última parada en esta maravillosa ciudad.
Lo que puedes encontrar en Cícero
Ubicado en el famoso barrio de Salamanca, el restaurante cuenta con tres espacios muy definidos y diferentes:
- Pub bar para cócteles y picoteo (que no cierra su cocina).
- Restaurante a la carta.
- Mesa de show cooking para 18 comensales de menú degustación.
En todos ellos se ofrecen platillos innovadores y sabores que cautivan a cualquier paladar exigente.
Estos emprendedores mexicanos restauranteros lograron un ambiente chic casual entre sillones de terciopelo color oliva, paredes de ladrillo expuesto, grandes espejos con marcos dorados estilo María Antonieta y diversas obras de arte ubicadas en sus paredes y rincones.
Sin embargo, como ya lo mencioné, cada espacio del lugar cuenta con su propia personalidad.
En el menú podrás encontrar una diversidad de tacos: de ribeye, cochinillo, gamba, pato y corvina.
Desde el inicio, quedarás perplejo viajando con toques de sabores mexicanos gourmet.
Por otro lado, cuentan con cortes finos de carnes, una buena variedad de pescados, ensaladas, guarniciones y, por supuesto, no podía faltar el picoteo con platillos inolvidables como la ensaladilla de atún rojo con huevo en puntilla o el dátil relleno de sobrasada.
Lo que yo disfrute
Yo disfruté de una experiencia de menú degustación de cinco tiempos con show cooking que me hizo chuparme los dedos.
Para comenzar me deleité con una ensalada de atún (que te sorprenderá); como segundo, elegí una zamburiña a la plancha.
Al ser mexicanos los dueños no podían faltar los tacos pero aquí los encontrarás con toques especiales como mi tercer tiempo, un taco de lechuga de pato con salsa de Pedro Ximénez y pistacho.
Finalizamos con
Así mismo, el cuarto platillo, una corvina salvaje rostizada con textura de zanahoria.
También probamos unos tacos de ribeye con salsa de frutos secos y guacamole. Maridamos con un vino blanco Maruxa de uva Godello.
De postre dos clásicos: tarta de queso y de Santiago.
Finalmente mis imperdibles: el taco de pato con Pedro Ximenez y la ensaladilla de atún rojo con huevo en puntilla.
Como resultado ¡Un restaurante que no te puedes perder!
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Texto: Alejandra Alva (Alursita)
Fotografía: Alejandra Alva