Aunque durante el siglo XX tanto la prensa como los medios de comunicación empezaron a fijarse en la comida oaxaqueña, lo hicieron de forma limitada: se enfocaron en enumerarla, evocarla con nostalgia y romanticismo, pero sin profundizar ni analizarla desde una perspectiva crítica o teórica. Lo que solía destacarse eran las bebidas y dulces típicos, presentados como pintorescos y casi míticos, sin una base histórica clara. Esta cocina fue asumida como representativa de una tradición regional auténtica, una especie de conjunto culinario lleno de platillos con nombres llamativos, pero sin un sustento documental.
La gastronomía Oaxaqueña se retoma como un incentivo de viaje para la producción de recursos económicos principalmente para la ciudad.
El arraigo en la cultura popular se construyó de forma colectiva y casi sin atribuciones individuales, una identidad culinaria urbana que, con el tiempo, fue folclorizada y transformada en una herramienta económica. Es esa imagen la que reconocemos hoy bajo la etiqueta de “cocina típica oaxaqueña”. Ante la ausencia de estudios históricos que analizaran su evolución, fueron las políticas estatales orientadas al turismo las que le dieron visibilidad, aunque muchas veces sacándola de contexto histórico y territorial. Estas iniciativas acertaron en convertir la cocina en un producto vendible, aunque no aportaron a su comprensión desde la historiografía.
Muchas veces las festividades Oaxaqueñas fueron las que llevaron a la fama de la cocina oaxaqueña a nivel nacional a través de los medios impresos y la televisión, poniéndola en el centro de atención del país. Así se marcó un punto de inflexión en la forma en que se construyó la imagen gastronómica de Oaxaca.
Aspectos recientes de la investigación gastronómica Oaxaqueña
Recientemente, las ciencias sociales y el periodismo gastronómico han empezado a explorar este fenómeno buscando comprender cómo se entrelazan tradición, economía e historia en torno a la cocina oaxaqueña. A ello se suma el papel actual de las redes sociales, donde el contenido sobre gastronomía se presenta con un tono localista y orgulloso, más centrado en la figura del creador de contenido que en el platillo en sí.
Es necesario volcarnos a la investigación para comprender más a fondo la evolución de la gastronomía en todo el mundo y no quedarnos solo en la superficie que actualmente es muy tocada en redes sociales. Seamos más críticos y no dejemos que las tradiciones se pierdan.
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Texto: Alejandra Alva (Alursita)
Fotos: Alejandra Alva