Restaurante Comal de Piedra en la Roma Alursita %

El restaurante Comal de Piedra es un lugar en la colonia Roma donde cada platillo te hará recordar diferentes lugares de México con un toque personalizado del chef.

Dos de las características que me definen son, la curiosidad y la tragonería. Por lo que, en cada oportunidad que tengo de probar los platillos de un nuevo lugar, ambas características hacen de las suyas y ni me lo pienso, solo me dejo llevar.

En esta ocasión mi destino se encontró en la colonia Roma, en Colima 65, un lugar muy fácil de encontrar. La Roma, es una de las colonias de la Ciudad que más me gustan. La experiencia de caminar por sus calles y disfrutar de una arquitectura tan variada, en donde te puedes encontrar con edificios de principios del siglo XX entre arquitectura moderna, es una maravilla.

Como primera instancia, el local al que llegas tiene una barra de lado izquierdo, invitándote a probar varios de sus cocteles de auto creación. Una de las cosas que podrás notar es el esmero en los detalles de este espacio, así como la búsqueda de la combinación balanceada entre ladrillos, piedra, barro, madera y metal. Otro aspecto que me enamoró fue, la presencia de un librero con antigüedades que pertenecían a los abuelos de los dueños, ubicado al finalizar el salón, junto a la puerta de la cava. He de mencionar que, el conjunto de los elementos mencionados, más una luz tenue y algunas plantas como adornos, logran una calidez y ambiente que te hace sentir como en casa, y que invita a permanecer mucho más tiempo en el lugar.

Otro dato curioso del restaurante fue el método con el que escogieron/encontraron a su chef. El chef Otón Galloso, ganó un concurso de egresados organizado conjuntamente entre el restaurante y el Claustro de Sor Juana, cuyo premio consistía en dicha oportunidad laboral. Destacar que el chef resultó ganador con su plato estrella de tacos de lengua.

Para abrir esta tarde, comencé con el coctel “Comal de Piedra” representativo de la casa, preparado con piña horneada, carbón activado, jugo de piña, jarabe de canela, sal negra y mezcal.

De primer tiempo, disfrute de unos tacos de laminas gruesas de lengua de res en tortillas recién hechas, acompañados de una guarnición de poro frito, salsa mortajada y brotes de cilantro. Para lograr la suavidad de la carne, que se valora mucho en este tipo de platillos, la lengua tuvo una cocción de 8 horas. La búsqueda de este plato es poder capturar un poco de la esencia de la comida callejera de la Ciudad. A mi parecer, logran hacer un muy buen trabajo, convirtiéndose por lo tanto, en una magnífica opción para muchos que buscan estos clásicos en restaurantes.

De segundo tiempo, deguste una tosta de pan campesino, con setas al ajillo (jugo de naranja, limón, ajo y chile guajillo), tocino caramelizado con miel de maple y avellanas tostadas. El pan que se utiliza es de centeno y semillas de girasol hecho en casa. Con este platillo se busca retomar la cocina del Estado de Méxic,o principalmente de la Marquesa, buscando esos sabores terrosos característicos del lugar.

Entre mis platillos, tuve un refill de mi coctel, para conocer un poco más de la mixología de Comal de Piedra, pedí el coctel Mayahuel, elaborado a base frutos rojos, jarabe de jengibre, pepino, dash de limón y mezcal joven.

Como tercer tiempo, llegó a nuestra mesa las costillas de cerdo en pipián rojo, además de estar elaborado con diversos frutos secos, lo que hace especial a este platillo es que predomina la macadamia, ingrediente que le da un sabor ligeramente dulce. Es una receta utilizada para fiestas en la sierra norte de Puebla.

Para finalizar tan amena velada, probamos el postre llamado Tizana: compuesto por una esponja de té matcha, crumble de frutos secos con un espejo de crema de manzanilla, acompañado con un helado de manzana verde, un final muy fresco y con diversidad de texturas, que lo hacen interesante.